Dos subproductos residuales del whisky colaboran en la fabricación de un nuevo biocombustible
La institución presentó una solicitud para patentar el producto, que es el resultado de dos años de trabajo y una inversión de US$400.000.
La investigación la aportó el centro de estudios de biocombustible de la universidad y la inversión corrió por cuenta del programa de Prueba de Concepto de las Empresas Escocesas.
El proyecto cuenta con el beneplácito del director del Fondo Mundial para la Naturaleza en Escocia, Richard Dixon, quien aseguró que el producto ayudaría a una industria que "procura un medio ambiente limpio" a reducir las emisiones en el transporte.
Modus operandi
Mientras algunas compañías de energía siembran específicamente para producir biocombustible, nosotros estamos investigando los materiales residuales, como los subproductos del whisky, para desarrollarlos
Martin Tangney, director del centro de investigaciones del biocombustible de la Universidad de Napier
La destilería de Glenkinchie, en East Lothian, Escocia, ha estado por dos años en el centro de este inusual experimento. Un equipo de la Universidad de Napier ha estado convirtiendo los desechos de la destilería en combustible.
La preparación del whisky deja tras sí dos subproductos. Uno es el residuo líquido de las calderas de cobre y, el otro, la zupia de los granos de cebada.
Ambos remanentes participan en la fabricación del butanol, un combustible que algunos científicos aseguran que se puede utilizar por sí solo en los vehículos actuales, aunque parece más probable que se deba mezclar con gasolina o diesel.
Cada año, la industria del whisky escocés produce 1.600.000 litros de residuo líquido y 187.000 toneladas de zupia de la cebada.
Según el corresponsal de la BBC en Escocia James Cook, los planes de la universidad contemplan formar una compañía para lanzar el producto al mercado y hacerlo disponible en las estaciones de servicio.
"Ideas Innovadoras"
Trasladando ideas innovadoras desde el laboratorio al mercado global, Escocia puede continuar compitiendo al más alto nivel . Lena Wilson, directora ejecutiva de Empresa Escocesa.
La Unión Europea tiene el propósito de reemplazar un 10% del combustible fósil con biocombustible para el año 2020.
El profesor Martin Tangney, director del centro de investigaciones del biocombustible de la Universidad de Napier, insiste en que la universidad está comprometida con la búsqueda de fuentes de energía renovables.
"Mientras algunas compañías de energía siembran específicamente para producir biocombustible, nosotros estamos investigando los materiales residuales, como los subproductos del whisky, para desarrollarlos", dice.
Por su parte, Lena Wilson, directora ejecutiva de Empresa Escocesa, cree que este tipo de iniciativas pueden ayudar a Escocia a salir de las dificultades económicas.
"Trasladando ideas innovadoras desde el laboratorio al mercado global, Escocia puede continuar compitiendo al más alto nivel", concluye.
Fuente: BBC
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