Las lavadoras normales tienen una velocidad de rotación de lavado fija y no se pueden ajustar a las necesidades de cada carga (salvo el típico botón de "media carga" que incorporan la mayoría de estos electrodomésticos). El nuevo sensor 3D creado por la compañía japonesa, detecta cómo se mueve el tambor y un control variable de la velocidad utiliza esa información para ajustar la velocidad del motor.
De este modo, al ajustar la velocidad de rotación se optimiza el movimiento y la caída de la ropa en el tambor, consiguiendo el mayor rendimiento de la energía y el agua posible.
El 10 por ciento de inclinación que tienen los tambores de las lavadoras de esta marca consigue un ahorro de hasta el 20 por ciento respecto al agua empleada habitualmente. Al inclinar el tambor el agua se reparte por la superficie llegando a toda la colada con una menor cantidad de líquido. Estas lavadoras gastan unos 45 litros de agua en todo el ciclo de lavado, mientras que una lavadora antigua puede llegar a gastar más del doble.
Exceso de detergente
El sensor automático de carga y de espuma detecta la cantidad de ropa limitando el consumo hídrico. Si por un despiste el usuario ha echado demasiado detergente, se produciría un exceso de espuma que obstaculizaría el rendimiento del lavado. Al detectarlo, para asegurar un correcto aclarado de la ropa, la lavadora automáticamente añade agua al lavado.
Con las tecnologías Inverter y Sensor 3D, se controla el movimiento del tambor y de la ropa corrigiendo posibles desequilibrios en la carga e impidiendo que las prendas se enrollen. De esta manera se producen menos estiramientos y enredos, a la vez que se reducen las arrugas de la ropa.
Fuente: MUY interesante
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