04/06/2011.-La escasez de los recursos energéticos en Japón, agravada después del devastador terremoto del 11 de marzo y la consecutiva avería en la central nuclear de Fukushima-1, impulsó a la empresa Shimizu a reanudar la labor sobre unos proyectos, aparentemente fantásticos, de recepción de energía solar desde la Luna.
Esta corporación, especializada en grandes construcciones, propone convertir la Luna en una enorme fuente de energía limpia para la civilización humana, abrazándola con un cinturón gigante de paneles solares. El proyecto es una alternativa a la exploración del satélite natural más cercano a la Tierra para extraer deuterio y usarlo como combustible para las plantas nucleares terrestres.
Compuesto de placas fotovoltaicas, el anillo rodearía el ecuador lunar cubriendo unos 1.738 kilómetros de semiperímetro —del lado iluminado de la Luna— y 400 kilómetros de ancho. La energía acumulada se enviaría a la Tierra mediante láseres o a través de microondas. Como apunte, vale la pena destacar el presupuesto limitado de las agencias espaciales nacionales (en particular, se había calculado que la NASA agotaría su presupuesto de varios años para cubrir de paneles solares un solo kilómetro de la superficie lunar), pero como solución a ese 'inconveniente' los ingenieros de Shimizu han propuesto ensamblar los principales componentes de los paneles a partir de los materiales accesibles en el satélite natural de la Tierra: tales como hormigón, cerámica y agua.
La construcción y el mantenimiento de este innovador cinturón se llevaría a cabo mayormente mediante unos robots controlados a distancia. Primero ellos tendrían que allanar la superficie lunar, llena de cráteres, a lo largo de toda la zona asignada para la edificación del cinturón y luego construirían un ferrocarril, previsto por los autores del proyecto como un instrumento idóneo para transportar distintos materiales y cargas. No obstante, será necesario reanudar los vuelos tripulados a la Luna especialmente para que los especialistas manejen dichos robots. Una vez ensamblado, el cinturón de placas transmitiría a una estación base en la Tierra unos 13.000 teravatios mensuales de la energía limpia.
Varios expertos ajenos a la empresa de Shimizu han manifestado cierto escepticismo acerca de la viabilidad del proyecto, mientras que la prognosis más optimista de la misma corporación japonesa refiere al año 2035 como la hipotética fecha de la puesta en marcha de esta nueva fuente de energía.
La información detallada acerca del gigantesco proyecto ha sido expuesta en la página ‘Sueño de Shimizu’ del sitio web corporativo de la compañía nipona
0 comentarios
Publicar un comentario