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lunes, 22 de febrero de 2010

La Asombrosa Armadura de un Caracol Marino

Muy adentro del campo submarino de fumarolas de Kairei, a cuatro kilómetros bajo las aguas del Océano Índico central, se ha descubierto un molusco gasterópodo, cuya armadura podría mejorar los materiales usados en estructuras que soportan una gran carga o los materiales utilizados en blindajes u otros sistemas de protección. Las aplicaciones finales abarcan todo tipo de especialidades, desde las cubiertas o cascos de aeronaves hasta los equipamientos deportivos.



Unos investigadores del MIT están estudiando las propiedades físicas y mecánicas del molusco. Christine Ortiz es la investigadora principal del proyecto en el MIT.

El gasterópodo tiene una singular concha de tres capas que puede ofrecer a los científicos conocimientos útiles para futuros principios de diseño mecánico. Específicamente, tiene una capa interior muy calcificada, y una gruesa capa media orgánica. Pero la extraordinaria capa externa fusionada con sulfuro de hierro granular es la que entusiasma a los investigadores.

El campo de fumarolas de Kairei es una serie de profundas aberturas en la corteza del planeta a lo largo de una cordillera volcánica bajo el Océano Índico. Allí fue donde los investigadores de una expedición descubrieron en 1999 el caracol nunca antes visto.

Los fluidos del campo submarino de fumarolas poseen una alta concentración de sulfuros y metales. Este molusco resulta único porque incorpora a la estructura de su concha materiales abundantes en el campo de fumarolas. El equipo de investigación estaba interesado en analizar la estructura y las propiedades de las capas individuales y ver cómo éstas se comportan mecánicamente.

En particular, los investigadores se han centrado en las ventajas que brinda la estructura para la protección contra los ataques de penetración de depredadores. Conocer bien esas ventajas y a qué se deben exactamente, puede dar a los investigadores nuevas ideas para materiales que puedan ser usados en automóviles, camiones y hasta en aplicaciones militares.

Para comprobar las propiedades de la concha, los investigadores realizaron experimentos que simulaban ataques de depredadores genéricos.

Los experimentos han mostrado que cada capa del exoesqueleto del molusco es responsable de papeles distintos y multifuncionales en la protección mecánica. Las pruebas realizadas revelan que la peculiar estructura de la concha resulta ventajosa en disipación de energía, mitigación de fracturas, resistencia contra penetraciones, y otros parámetros.



Información adicional en:
Scitech News

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