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lunes, 26 de abril de 2010

Twitter: dilema periodístico

La imagen de máxima irresponsabilidad periodística de la TV venezolana se sintetiza en la conductora del programa Buenas noches leyendo su Blackberry mientras la cámara la enfoca. El país la mira en vivo y directo mientras ella lee cualquier cosa que le haya llegado por el twitter. No hay corroboración posible. Twitter, ojo mágico que mira desde cualquier punto de la ciudad o del mundo, le podría decir con igual soltura que llueve en Barinas o que unos tanques derriban en ese momento las puertas de Miraflores y ella, quizás, arrugaría el ceño pero en todo caso terminaría de leer la "noticia", satisfecha de su conectividad y de su capacidad multitasking.

Esa forma irresponsable de hacer periodismo se emparenta con la tradición de las columnas de opinión, en los periódicos, que no son tales sino una seguidilla de informaciones de dudosa procedencia y aún más dudosa veracidad. Es la tradición de los columnistas más leídos que han obtenido dinero o prebendas políticas mediante el poder discrecional que les dio esa forma de antiperiodismo.

En la cúspide de esa modalidad han estado Alfredo Peña y José Vicente Rangel, pero ha habido otros en la fuente económica directamente tarifados por grupos financieros, chantajistas incluso. Peña llegó a ser alcalde, Rangel vicepresidente. En su currículo lo que había era una serie de informaciones dentro del amplio rango que va de lo real a la patraña.

Nunca se ha hecho un examen a conciencia de los peligros que encierra la columna en Venezuela, un género dúctil sin límites precisos. En los 80 fue un arma arrojadiza. En las escuelas de Comunicación Social podría incentivarse el abordaje de tesis que revisaran la era Recadi y sus secuelas mediáticas; o el serpenteo de los notables en el apogeo de su antipolítica, ámbitos en los que esos columnistas hallaron caldo de cultivo y prestigio. Peña tenía asegurado un espacio en la portada de El Nacional cada semana, arriba y a la derecha. Fuese cual fuese la naturaleza de su "primicia".

Ahora el juguete es twitter y todo el mundo puede ser Peña o Rangel. Horror.


LOCOS POR LOS GADGETS

La utilización de la columna podría ser materia de debate para el Colegio Nacional de Periodistas. La utilización del twitter, también. El mercado venezolano es demasiado novelero. Después de Canadá, donde se inventó, y de Estados Unidos y Japón, Venezuela es el país donde se utiliza más el Blackberry. No es sólo una cuestión de necesidad comunicacional. Como dice el economista Carlos Jiménez, en las escuelas clase media lo primero que se preguntan los muchachos al entrar en contacto es “cuál es tu pin”. Si no tienes pin, no existes; no eres nadie.

El mundo de Internet y sus aledaños está lleno de charlatanes que le sacan partido a la novelería. El público no sabe; al público le parece muy bien la lectura inmediata de cualquier noticia que empiece con el lead “Mira, Kico, lo que me está llegando…”. Es el mismo público que llama a los programas de TV o radio y felicita automáticamente a sus conductores por ese “maravilloso programa, y al panel que tienen hoy”.

CAMPAÑA

No he hablado aquí de la utilización del twitter en Venezolana de Televisión pues me refiero a medios donde se practica, al menos, una forma básica del periodismo. En VTV eso no existe; lo que hay es escatología verbal o, en el mejor de los casos, propaganda oficial.

Es cierto: en Venezuela hay más teléfonos celulares que gente. Es cierto, también, que en diez años el número de usuarios de Internet se ha multiplicado por diez y que para 2012, fecha de las elecciones presidenciales, habrá quince millones de usuarios. Carlos Jiménez, quien estuvo el miércoles dictando cátedra en el foro a propósito de los 15 años del postgrado en Comunicación Social de la UCAB, dice que es mentira que Internet no suba cerro: dos tercios de los usuarios de Internet pertenecen a los estratos socioeconómicos D y E. Dice también que 23% de los usuarios de Internet lee blogs cotidianamente. Habló, de igual forma, de las redes sociales, donde se practica con éxito esa forma de multiplicación del mensaje que es la viralidad.

¿Qué hará al respecto la Mesa de la Unidad Democrática una vez concretados los acuerdos de candidaturas? Es una oportunidad tremenda la que se ha abierto. A la MUD le espera un reto inmediato: que en Youtube circule un micro que anime a la gente a votar, que le saque el miedo del cuerpo y le infunda confianza en su propia capacidad de superación. Algo como lo que hizo Evian con sus roller babies: un mensaje que se reproduce solo, viralmente, porque a los fiebrúos les encantó por su creatividad, por su contundencia, por lo divertido. La campaña de la MUD no puede ser otra cosa sino optimista.

Fuente: Tal Cual Digital

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