Según los autores, la nicotina que queda atrapada en tejidos, alfombras y muebles reacciona con el ozono de los espacios cerrados y produce otros contaminantes, algunos posiblemente más tóxicos que el propio tabaco. La exposición a estos puede ocurrir mientras nos echamos una siesta en el sofá de la habitación donde alguien ha estado fumando. Y es especialmente peligrosa para los niños, que gatean por alfombras impregnadas de humo de tabaco, tocan e incluso chupan las superficies en las que se depositan las partículas perjudiciales.
Fuente:http://www.muyinteresante.es
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