A unos 200 kilómetros de la capital sudanesa sobresalen del terreno árido e inhóspito del desierto los restos de una antigua ciudad. En medio de las dunas, las solitarias pirámides parecen haber sido olvidadas por el mundo moderno, sin restaurantes u hoteles cercanos para atender a los turistas que acuden a apreciarlas.
El complejo arqueológico de las pirámides de Meroe, en el desierto de Nubia (norte de Sudán), se encuentra a más de 200 kilómetros de Jartum, la capital de Sudán, en la ribera de una amplia curva del río Nilo, cerca de un grupo de aldeas llamado Bagrawiyah. Éste recibe su nombre por la antigua ciudad-capital de Meroe y preserva los restos de más de 40 reyes y reinas del antiguo Reino de Kush, una civilización que tuvo su apogeo entre los años 400 a.C. y los 300 d.C.
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