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miércoles, 27 de enero de 2010

Avispas para reemplazar a insecticidas


El secreto para combatir las plagas que azotan los cultivos podría hallarse en las avispas parasitarias, algunas de las cuales tienen un tamaño más pequeño que el de la cabeza de un alfiler.

Una investigación llevada a cabo por un equipo de expertos en Estados Unidos, que descifró el genoma de tres especies de avispas del género Nasonia, puso de manifiesto el potencial que tienen estos diminutos insectos para eliminar las pestes que afectan los cultivos sin provocar daños colaterales.

Estas avispas ponen sus huevos en otros insectos más grandes. Cuando los huevos se rompen, matan al insecto en el cual están depositados.

“Hay cerca de 600.000 especies de avispas parasitarias. Eso se debe a que son muy selectivas”, le dijo a BBC Mundo John Werren, científico de la Universidad de Rochester, en Nueva York, EE.UU., y uno de los líderes de la investigación.

“Casi todos los insectos tienen una avispa parasitaria que los mata. Por eso cumplen un papel fundamental en mantener las plagas bajo control. Si no fuera por ellas, estaríamos rodeados de insectos hasta el cuello”, añadió.

Las avispas parasitarias actúan como una suerte de “bomba inteligente”, atacando solamente a un insecto en particular.

Reproducción selectiva
Desde hace varios años, las avispas son utilizadas para luchar contra las plagas. Cuando un insecto ataca una plantación, se busca al enemigo natural de ese insecto. Una vez que se comprueba que es lo suficientemente específico, se lo suelta para que ataque a los in El problema de esta metodología, que según Werren se viene implementando con éxito, es que no siempre resulta evidente de dónde proviene la plaga como para localizar a sus enemigos naturales.

Otra opción, y allí es donde la investigación de Werren y sus colegas cobra relevancia, es la diseminación de todo o un grupo de avispas parasitarias en un sistema agrícola, para reemplazar a la fumigación con pesticidas.

A partir de la nueva información genética disponible sobre estos parasitoides -de los que antes se sabía poco o nada- es posible mejorar la efectividad de las avispas para combatir determinadas plagas.

“Esto se puede hacer a través de la reproducción selectiva, tal y como se hace con los cultivos de trigo o maíz o con las vacas para mejorar la especie”, dice el investigador.

De esta manera, mejorando y “utilizando enemigos inteligentes, podemos evitar el uso de insecticidas que contaminan las aguas, la tierra, los alimentos y el medio ambiente en general”, afirmó Werren.

Por otra parte, aunque al liberar a las avispas en un ambiente exterior estás puedan avanzar más allá de la plantación que se busca proteger, no corren el riesgo de convertirse en una plaga ellas mismas ya que su ataque está dirigido contra un insecto en particular.

BBC Mundo

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