En el depósito de la empresa, los visitantes pueden observar grandes contenedores, que a su vez encierran cubas metálicas llenas de nitrógeno líquido, donde flotan las cabezas o los cuerpos enteros de clientes. Los familiares de los difuntos pueden, si lo desean, conservar las cubas en sus casas. Las tarifas son 10.000 dólares para congelar la cabeza y 30.000 dólares para el cuerpo entero.
Los científicos, sin embargo, son muy escépticos. "Es un fraude", denuncia Valentin Gristenko, director del Instituto de Criobiología, el primer establecimiento especializado fundado en la Unión Soviética y actualmente con sede en Ucrania. "Si se congela ahora un cuerpo, incluso si se trata de un cuerpo en vida y con buena salud, después de su congelación no estará ni vivo ni entero. Actualmente ni siquiera se pueden conservar y preservar órganos, sólo células", puntualiza.
Fuente: MUY interesante
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