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lunes, 1 de febrero de 2010

Claves de fósiles en pescado podrido

El estudio ofrece información importante para poder interpretar los fósiles más antiguos.
Científicos descubrieron una nueva forma de interpretar la información que brindan los fósiles más antiguos del planeta: observando cómo se pudre el pescado.
Este "oloroso estudio" revela cómo las criaturas marinas más primitivas del planeta cambiaban a medida que se descomponían.
Los investigadores -que publican su estudio en la revista Nature- identificaron patrones específicos del deterioro que ayudarán a interpretar de forma más precisa los fósiles más antiguos que se han descubierto.

Tal como explica el doctor Rob Sansom, de la Universidad de Leicester, Inglaterra, quien dirigió la investigación, el análisis de fósiles es muy similar a un análisis forense porque ambos llevan a cabo una reconstrucción científica de algo que ocurrió en el pasado.

"A diferencia de la ciencia forense, sin embargo, nosotros estamos tratando con vida de millones de años de antigüedad", expresa.

"Lo que queremos saber es cómo era el animal antes de morir porque, igual que con el análisis forense, si conocemos cómo la descomposición que ocurrió después de la muerte alteró al ejemplar podremos tener claves importantes de su anatomía original", agrega.

Esto se aplica en particular a los animales conservados como restos de tejido suave, que es todo lo que queda de algunas criaturas primitivas en el registro fósil, es decir, las criaturas marinas que vivieron hasta hace 500 millones de años.

Los cordados más antiguos conocidos no tenían esqueleto pero, en algunas condiciones excepcionales, sus cuerpos suaves quedaron fosilizados y conservados.

Lo que los investigadores deseaban encontrar es cómo las formas de estos animales cambiaron después de morir y antes de que quedaran fosilizados.

Estudio "desagradable"

La secuencia muestra como cambian las características de los pescados cuando se pudren.
Sin embargo, para descubrirlo es necesario llevar a cabo experimentos "algo desagradables", como afirma el doctor Mark Purnell, otro de los investigadores.

El investigador estudió algunos vertebrados marinos primitivos, incluidas lampreas (una clase de peces sin mandíbulas).

También analizaron a algunos parientes cercanos de los vertebrados.

Los científicos colocaron a las criaturas muertas en recipientes transparentes y observaron como cada uno de los ejemplares cambiaba a medida que se deterioraba.

El equipo descubrió que muchas de sus principales características -algunas de las cuales se utilizan para identificar a los fósiles- quedaron fundamentalmente alteradas por la descomposición.

Las características que incluían los patrones y formas en los músculos de los animales cambiaron radicalmente, dicen los autores.

Los científicos localizaron dichos cambios y establecieron patrones que, dice, podrán ayudar a los paleontólogos a interpretar mejor algunos de los fósiles marinos más antiguos.

"Si queremos colocar a los fósiles en el lugar correcto del árbol de la vida necesitamos entender cómo se deterioraron", dice el doctor Purnell.

Y concluye que "esta técnica quizás no será del agrado de todos, pero vale la pena el esfuerzo".


BBC Ciencia

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