En cambio, si se la mira directamente a la boca, el cerebro se percata de los contornos y percibe la expresión facial como neutra, informó DPA.
Aunque la tesis proviene realmente de la psicóloga Margaret S. Livingstone, del Medical School de Harvard, Hutzler (de la universidad de Salzburgo) la ha llevado a la práctica de forma experimental. Para ello presentó el "efecto Mona Lisa" por ordenador, mostrando a 100 personas retratos fotográficos de mujeres jóvenes y observando el movimiento de sus ojos con una cámara especial.
Si los candidatos miraban a la mujer a los ojos, su boca sonreía. En las milésimas de segundo en que el ojo iba del ojo del retrato a la boca, la sonrisa se convertía en una boca neutral.
Las personas que participaron en el experimento no notaron nada y calificaron las sonrisas de enigmáticas, aunque no las vieran directamente. Para Hutzler, esto demuestra la tesis de que la sonrisa de la Mona Lisa está más en el ojo, o en el cerebro de quien la ve.
"Sabemos un poco mejor lo que ha hecho Da Vinci, aunque todavía no hemos desentrañado totalmente el secreto de la Mona Lisa", dijo el científico.
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